PERSONERÍA JURÍDICA MATRÍCULA 32264
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La gestión empresarial en tiempos de "Supercrisis"

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La gestión empresarial en tiempos de "Supercrisis" BAE
por Lic. Guillermo Moreno* Lic. Norberto Itzcovich* Dr. Claudio Comari*
Hacia mediados del año 2017, las condiciones de inconsistencia macroeconómica se agudizaron notoriamente, alcanzando niveles críticos y llevando al esquema económico vigente a una situación de alta volatilidad, sobre la que oportunamente vinimos alertando ("El pesimismo es un momentum del optimismo", BAE Negocios 31-7-17 y "Las elecciones y la economía", BAE Negocios 15-8-17).
La fragilidad sistémica imperante nos indujo a afirmar, hacia fines del año pasado, que para el año 2018 la coyuntura resultaba inapropiada para el desarrollo del ejercicio de proyección de los principales indicadores macroeconómicos, cuyos comportamientos (dentro de rangos de variación aceptables), era de imposible previsión, razón por la cual fuimos presentando nuestras prognosis acotadas a plazos cortos.

Esta prudencia en el ejercicio de la profesión no fue imitada por algunos consultores "mediáticos", que se atrevieron a vaticinar qué acontecería con variables tales como el resultado fiscal, el nivel de inflación, del tipo de cambio y de la tasa de interés, la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), y los resultados de la balanza comercial y de pagos, entre otras.
Al poco tiempo de iniciado el presente año, una significativa porción de esos "expertos económicos" debieron corregir sus pronósticos (¡y continúan haciéndolo!), evidenciando una escasa densidad en su producción, cuyas bases podrían ser la impericia, la irresponsabilidad, la mala praxis, o todas ellas combinadas.
Incluso, estos yerros fueron resaltados por algunos periodistas económicos, quienes se preguntaron cómo fue que ninguno de esos aparentes "gurúes" pudo prever la crisis, cometiendo injustas generalizaciones, ya que soslayaron la multiplicidad de artículos publicados en este mismo espacio (1), como los ut supra señalados, que alertaban sobre el actual desenlace del esquema económico pergeñado por el oficialismo.
En este marco de antecedentes vamos a intentar, en un punto en la línea de tiempo tal cual como si fuera una fotografía (ya que al final de la película están indeterminados), dilucidar el alcance de los desequilibrios fiscales y externos, de tal manera que sirvan de parámetros para las decisiones microeconómicas a tomar.

Del funambulismo a la Supercrisis
Desde su inicio, esta gestión funambulesca abundó en acciones contrapuestas entre su política fiscal y la monetaria, espiralizando el Déficit Fiscal Total (DFT, que es la sumatoria de los déficits de la Nación, las Provincias y los Municipios, más el cuasifiscal del BCRA), hasta alcanzar 11,3%, medido en términos de PIB (2).
El DFT es generado por el rojo financiero (que incluye crecientes intereses de la deuda soberana) que alcanzaría aproximadamente el 6,5% del PIB, el déficit fiscal de las jurisdicciones subnacionales, en el entorno del 0,8%, y el déficit cuasifiscal, cercano a 4 puntos del PIB, consecuencia de las exorbitantes tasas de interés ofertadas por el BCRA, sobre su stock de pasivos financieros.
Este nivel de tasas de interés, que tiene como objetivo desincentivar la dolarización de las carteras de inversión, trae aparejada una dinámica caótica y disruptiva al conjunto de la economía.
Mientras esto acontece, se mantiene la restricción del sector externo.
Uno de sus componentes, la Balanza Comercial (BC), arrojó en los primeros cinco meses del año un déficit de U$S 4.691 millones, mientras que el saldo de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, (que además de la BC incluye la Balanza de Servicios Reales -fletes, seguros, turismo, etc.-, Utilidades y Dividendos, e Intereses), en la fotografía de hoy, alcanza un déficit de 6% del PIB.
Así, la situación de supercrisis (desbalances críticos y simultáneos en el terreno de las cuentas fiscales y externas), presenta un crescendo de significativas dificultades para su control o acotamiento.

El empresario y sus decisiones
En este entorno de dificultades, los criterios de "rienda corta" y de "sana prudencia" deben guiar la administración de los negocios.
Para reducir las exposiciones innecesarias, insistimos en la recomendación de:

? mantener una adecuada relación entre pagos y cobranzas, así como entre ventas y stocks;
? optimizar la situación crediticia (principalmente en cuanto a las deudas en divisas) y disminuir los riesgos mediante instrumentos de cobertura, aun cuando ello implique algún tipo de gastos adicionales;
? permanecer atentos a los incesantes cambios en las listas de precios de los proveedores, actualizando sistemáticamente las estructuras de costos de los bienes y servicios ofrecidos, de modo de conservar un adecuado margen rentabilidad, y
? estar alertas en cuanto al abastecimiento de los insumos clave de la unidad productiva, a fin de poder garantizarse, al menos, 60 días de producción y/o comercialización.
Y, dependiendo de la actividad económica y las necesidades de la empresa, también puede ser recomendable:
? en el caso de productos importados: generar promociones de pre-venta de la mercadería que "está en el mar" (en viaje), para así poder cancelar las obligaciones a un tipo de cambio adecuado;
? utilizar el financiamiento de los bancos oficiales (dado que el gobierno parece despreocuparse por la gestión seria y eficiente de esas entidades), que hoy ofrecer créditos a tasas y plazos notoriamente distintos a los de mercado.

Reafirmando lo que sostuvimos en nuestro artículo "En esta coyuntura económica: ¡atentos y vigilantes!" (BAE Negocios, 26-12-17), hoy es imperioso ajustarse a la sentencia que entonces mencionábamos:
"Este es uno de aquellos momentos donde empatar es ganar".

*M.M. y Asociados

1-Un ejemplo de lo antedicho es la posición explicitada respecto de la reforma previsional sancionada por el Congreso de la Nación. Mientras el gobierno se enfrascaba en disputas innecesarias, incluyendo luchas callejeras, sosteniendo que ello le permitiría un ahorro fiscal importante, nuestra posición fue que, si bien en el primer semestre los jubilados iban a ver perjudicados sus ingresos, la evolución de la inflación y de la recaudación provocaría que en la segunda mitad del año el beneficio fuera mayor. Por ello oportunamente afirmamos que lo correcto hubiese sido que la ley contemplara ambas formas de cálculo y tomar en cada período la más beneficiosa para los perceptores.
2-Este porcentaje tiene una magnitud que ingresa en un rango de comparación con los del gobierno de Alfonsín (aprox. 12%) y del de Isabel Perón (aprox. 14%), en los momentos previos a sus respectivos colapsos institucionales.

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16/07/2018 (3231)        compartir en facebook compartir en twitter compartir en G+ compartir en Whatsapp



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