Paro, renuncia y el dolar imparable
 El FMI afianza el control de la economía: Renuncia Caputo al Central y lo reemplaza Sandleris
El FMI afianza el control de la economía: Renuncia Caputo al Central y lo reemplaza Sandleris
Fue primicia de LPO del viernes pasado. Adujo "motivos personales", pero se fue por la tensión con el FMI. El FMI afianza el control de la economía: Renuncia Caputo al Central y lo reemplaza Sandleris Por Ignacio Fidanza LPO
Luis Caputo renunció este martes de paro general a la presidencia del Banco Central. Se confirma así una impactante primicia de LPO del viernes pasado. En una breve carta de agradecimiento a Macri, el ahora ex titular de Central adujo "motivos personales". Nada más lejos de la realidad: Caputo se va por las objeciones del FMI a una política monetaria que para el organismo internacional era errática, pero sobre todo "opaca", como dijo en una durísima declaración la propia Christine Lagarde.
El viernes pasado cuando Caputo renunció al cargo, su segundo Gustavo 
Cañonero se propuso para reemplazarlo. Cañonero es amigo de Alejandro 
Werner, el mexicano-argentino que dirige el Departamento del Hemisferio 
Occidental, esto le permitió continuar en el cargo de vicepresidente, 
pero como número uno de la entidad, Macri eligió a Guido Sangleris, que 
venía desempeñándose como segundo de Nicolás Dujovne.
Sandleris se 
acercó al macrismo de la mano del ministro de Hacienda bonaerense, 
Hernán Lacunza, de quien fue su primer secretario de Finanzas en la 
provincia. Pero luego tomó distancia y se convirtió en un hombre clave 
en la conducción del ministerio de su amigo Dujovne. Su ascenso al 
Central implica un triunfo rotundo en la interna que el ministro de 
Hacienda mantenía con Caputo. Pero el dato político saliente es la 
consolidación de la influencia de Marcos Peña sobre todo el equipo 
económico, como nunca lo tuvo.
Dujovne y Sandleris tienen muy buena 
relación con el jefe de Gabinete y aceptan sus directivas, algo que 
Caputo y sus antecesores siempre resistieron. 
Como era previsible, 
los mercados reaccionaron mal a la salida de Caputo, un trader que 
generaba algún respeto en ese mundo, aunque su gestión estuvo cruzada de
 manejos especulativos muy poco claros con grandes fondos como 
Templeton, BlackRock, Pimco y otros grandes tenedores de deuda 
argentina, a los que hizo perder mucho dinero con apuestas fallidas, que
 luego intentó recortar.
El dólar se dispara arriba de $39,50 por la renuncia de Caputo y advierten por un martes negro en el mercado
Este
 tipo de manejos opacos, motivó un enorme malestar en el FMI que quedó 
expresado en una lacerante declaración de su titular, Christine Lagarde,
 al diario Financial Times. En esa entrevista la ex ministra de Economía
 de Francia sostuvo que el FMI pretendía que la Argentina tuviera una 
política monetaria con "claridad, transparencia, información adecuada y 
debida para los operadores del mercado y una mejor comunicación".
La 
salida de Caputo se da en un contexto de enorme fragilidad, donde el 
gobierno tuvo que aceptar este lunes que lejos de los 20 mil millones de
 dólares que el mercado creía que iba a sumar el nuevo acuerdo, serán 
apenas entre 3.000 y 5.000 millones y anticipos de desembolsos. La 
negociación fue mucho más dura de lo esperado, pese al apoyo contundente
 de la administración de Donald Trump, que considera estratégico 
sostener a Macri. Francia, Holanda y Alemania mantienen en el organismo 
una línea muy dura contra la administración de Macri, por ciertos 
negocios con China a cambio del swap anunciado este lunes.
Los 
directores de esos tres países son los que se plantaron para que el 
nuevo tramo no supere el rango de los 3.000 a 5.000 millones de dólares y
 rechazaron de plano sumar otros 20 mil millones al acuerdo en curso. El
 gobierno de Macrón está enojado con Macri porque incumplió contratos 
acordados para el área de defensa y el de Alemania tiene reproches 
similares vinculados a las centrales nucleares.
Los directores en el 
FMI de Francia Holanda y Alemania, encabezan las posturas más duras 
contra Argentina. Le reprochan a Macri negocios con China y el 
incumplimiento de contratos acordados para el área de defensa.
El FMI
 debe lidiar además con el riesgo de un escándalo de reputación 
mayúsculo: De los 50 mil millones de dólares comprometidos inicialmente 
para la Argentina en un programa que alcanzaba hasta finales del 2020, 
el gobierno de Macri ya se gastó 15.000 millones. Si le anticipan 
desembolsos, podría darse la desmesura que esta gestión se gaste una 
cifra bastante cercana al total y quede para el próximo mandato un monto
 insignificante, pero sí todos los vencimientos. Sería muy difícil 
entonces para el organismo contradecir la idea que se trató de un 
inmenso salvataje con nombre y apellido.
La caída
La caída de 
Caputo comenzó el viernes pasado cuando presentó su renuncia. En ese 
momento, Macri consiguió retenerlo y le sacó la promesa que volverían a 
charlarlo luego que se anuncie el acuerdo con el FMI. Por eso, el timing
 de la renuncia tuvo algo de venganza personal. Un día antes de lo que 
podría ser el anuncio del nuevo acuerdo con el FMI y con el presidente 
Macri sonriendo a Lagarde en una elegante cena neoyorkina, Caputo detonó
 su salida.
Caputo mantenía desde el fallido anuncio de Macri del 
acuerdo con el FMI -que todavía no tenía-, una durísima interna con 
Nicolás Dujovne, que siguió hasta ayer. El ministro de Hacienda se opuso
 a aquel anunció. Como también se opuso a la más reciente filtración 
sobre un supuesto paquete de ayuda extra de 20 mil millones de dólares. 
En ambos casos se trató de operaciones sobre la prensa empujadas desde 
el Central, para tratar de recuperar confianza en los mercados. No 
pudieron salir peor. En ambos casos, se terminó conociendo la verdad y 
el resultado fue que incluso lo que podía ser una moderada buena 
noticia, terminó decepcionando.
Pero la pésima política de 
comunicación de Caputo, que incluyó cancelar las conferencias de prensa y
 hacerse una autoentrevista como única explicación de su política 
monetaria, no fue el detonante principal de su salida, aunque 
contribuyó.
Fallas de comunicación agravan la crisis de credibilidad de Macri en los mercados
La
 causa central fue la tensión con el FMI desde el inicio del diseño del 
primer programa, cuando el organismo dejó claro que no iba a aportar 
dólares a la Argentina para que financie una fuga de divisas. Caputo 
siempre resistió esa decisión y fue maniobrando para gastar esos fondos 
en un fallido intento de contener la suba del dólar que hizo que algunos
 fondos muy especiales recortar pérdidas.
Por eso, como reveló este 
medio, la tensión llegó a su pico días atrás, cuando en el tramo final 
de las negociaciones con el FMI se consultó al organismo si se podía 
hacer una venta fuerte de reservas para parar la escalada del dólar y el
 staff del FMI dijo que no. Caputo desobedeció la orden y vendió cientos
 de millones de dólares de reservas y frenó la escalada, pero el impacto
 de esa rebeldía fe demoledor para su estabilidad.
"Prefiero pedir 
perdón antes que permiso", fue la frase con la que cerró la discusión 
con Dujovne, que llamó para recriminarle su desobediencia a las 
directivas del FMI.












