Ocho de cada diez familias toman deuda
Ocho de cada diez familias toman deuda para llegar a fin de mes. Muchos préstamos personales por fuera del circuito bancario (Usura). Lo revela un estudio privado. Muchas de ellas dejan de pagar impuestos, servicios y recurren al fiado. Cómo inciden la pobreza y los bajos ingresos. Por: Marcelo Di Bari. Ocho de cada diez familias tomaron distintos tipos de deudas para poder llegar a fin de mes y paliar la pérdida del poder adquisitivo de sus ingresos. Entre los recursos están dejar de pagar impuestos, servicios y otras obligaciones, como también recurrir al fiado y a la todavía vigente “libreta del almacenero” para sus compras cotidianas. Los números surgen de un estudio realizado por la consultora Focus Market, que en el último mes de mayo relevó 3.550 hogares para averiguar su grado de endeudamiento.
A la vez, los datos se cruzaron con los publicados por el Banco Central
 sobre los préstamos de entidades bancarias. De esa manera se concluyó 
que el 41% de los hogares mantiene una deuda formal con el sistema 
bancario. Allí se engloban préstamos hipotecarios, prendarios, 
personales, con tarjetas de crédito y adelantos en cuenta corriente. El 
stock de deuda promedio por hogar es de $ 361.686. A renglón seguido, el
 estudio se centró en la economía cotidiana de las familias que por su 
nivel socioeconómico no tienen acceso al crédito bancario y recurren a 
otras maneras de solventar sus necesidades. Allí se incluyó desde dejar 
de afrontar obligaciones cotidianas a pedir préstamos informales por 
fuera de los bancos, pasando por el conocido “mangazo” a amistades o 
familiares.
Según Focus Market, el 82% de los hogares (el doble de 
los que mantienen compromisos con bancos) recurrió a alguna estrategia 
de ese tipo. En esos casos las deudas acumuladas oscilan entre los 
81.000 pesos y los 195.000 pesos por familia, aunque suben a 321.000 
pesos cuando se trata de préstamos personales por fuera del circuito 
bancario.
De acuerdo al detalle, las formas más utilizadas para salir
 del paso son no pagar impuestos (18%), comprar al fiado o acudir a 
préstamos del comercio (18%), con préstamos personales (15,5%), dejando 
de pagar y hasta vendiendo planes de ahorro por automóviles (12%). En 
menor grado también se recurre a dejar de pagar cuotas por expensas de 
edificios y por educación privada, no abonar servicios (luz, teléfono 
Internet) y a la ayuda de amigos y conocidos.
Hogares con deuda, pobreza e informalidad
“La
 informalidad en nuestro país, la cantidad de hogares en niveles de 
pobreza o en el umbral de ingreso para ser pobre hace que la mayoría de 
los hogares recurra a las deudas no bancarias para financiar su costo de
 vida”, indicó Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market. 
“Sin embargo, son los más perjudicados porque cuando una familia se 
endeuda con un comercio con una deuda no bancaria o un crédito personal,
 los costos financieros totales van del 260 % al 380 % anual. Esto hace 
insostenible su repago con un alto nivel de mora, debido a que su 
ingreso se ve deteriorado por el alto nivel inflacionario que estamos 
padeciendo”, agregó el economista. La opinión de Di Pace se confirma 
desde otro ángulo, cuando se analiza la diferencia entre los ingresos de
 la población y el costo de vida. El Indec estimó que la canasta básica 
de bienes y servicios para una familia tipo compuesta de una pareja y 
dos hijos pequeños insumió en abril $ 203.361. En paralelo, el último 
relevamiento hecho por el mismo organismo, con datos del segundo 
semestre del año pasado, indica que el 29,6% de los hogares argentinos, 
en donde vive el 39,2% de la población, no puede cubrir esa canasta 
básica y por lo tanto son pobres. En cuanto a los ingresos, el 
Ministerio de Trabajo calculó que en marzo el salario promedio de los 
trabajadores registrados era de poco más de 278 mil pesos. Claro que en 
ese rubro no ingresan alrededor de seis millones de autónomos, 
cuentapropistas, monotributistas y trabajadores informales, muchos de 
ellos con ocupación apenas parcial y que tienen ingresos muy inferiores a
 ese promedio. El salario mínimo, vital y móvil, además, es de $ 87.987 y
 no llega a cubrir ni siquiera la mitad de esa canasta básica.








