Javier Milei propone volver al Siglo XIX
“Lo hicimos en el siglo XIX, ¿por qué no lo vamos a poder hacer ahora?”, se preguntó Javier Milei durante el lanzamiento de la plataforma de Gobierno de La Libertad Avanza. Anticipó la eliminación del Central y la obra pública; monetización de todo el sistema educativo y de salud. Por Dolores Curia. “Lo hicimos en el siglo XIX, ¿por qué no lo vamos a poder hacer ahora?”, se preguntó Javier Milei durante la exposición en la que presentó la plataforma de gobierno de La Libertad Avanza, que tanto se hizo esperar. Lo hizo en tono marcial y lejos de la estridencia que caracteriza a este referente local de las ideas y modos de la alt right. “El león”, que para la campaña acuñó un eslogan con la inquietante elección de la palabra “solución” (“Milei, la única solución”) apenas incluyó unas líneas por fuera de sus apuntes: “Argentina tiene un futuro próspero, que solo será posible si la Argentina es liberal”, dijo. Con la bandera por detrás y con la negacionista Victoria Villarruel de escolta
, sobre una mesa con cafés para el puñado de referentes de su espacio 
que lo acompañaron, el alma pater de La Libertad… leyó velozmente las 
propuestas de su peligroso “reordenamiento” nacional. Los temas fueron 
desde política exterior (“Se acabo la Argentina socia de las dictaduras 
del mundo”) hasta propuestas en materia económica apodadas también “plan
 motosierra”, en alusión a un recorte a toda máquina del Estado, que 
incluirá, entre otros puntos, eliminación de la obra pública; 
arancelamiento de todo el sistema educativo, de salud y asistencia 
social; privatización de empresas públicas. Propuso la eliminación de 
los Ministerios de Salud, Educación y Desarrollo Social, cuyas funciones
 serían absorbidas en un solo organismo, al que un anarcocapitalista 
como él no podría bautizar de otro modo que no fuera “ministerio de 
capital humano”. Este aglutinaría todas las políticas destinadas a 
quienes “necesiten asistencia del Estado”, por un tiempo limitado ya que
 en un gobierno ultraliberal el rumbo es la eliminación total de todo 
tipo de asistencia. “No es debatible que en los sistemas privados los 
ciudadanos obtienen un mejor servicio”, leyó sin más explicaciones ni 
cifras que respalden esas (ni ninguna de sus) afirmaciones, en su 
batalla por conquistar el sentido común en favor del libre mercado, sin 
limitaciones y sin complejos. Después de años de aconsejar a los jóvenes
 que la salida “es Ezeiza”, en 2021 Milei decidió acercarse a la 
política (institucional), un mundo que odia... Pero lo hizo porque 
entrar a jugar en la arena partidaria es lo único que le permitiría, 
como ha dicho, “dinamitar al sistema desde adentro” en un país, a sus 
ojos, “infectado de socialismo”.  Desde entonces Milei da la “batalla 
cultural contra el Estado” con propuestas que en materia económica 
parten de sus interpretaciones de la Escuela Austríaca. Viene 
difundiendo un plan de achicamiento del Estado (“dinamitar” el Banco 
Central, liberación instantánea de los cepos, eliminación de las 
retenciones a las exportaciones y derechos de importación). Por eso no 
sorprende que esos hayan sido los pilares de la plataforma económica que
 presentó este miércoles. Algunos de los puntos enumerados fueron la 
reducción de gastos por 15 puntos del PBI, la “eliminación del 90 por 
ciento de los impuestos”, la “modernización” (reforma) laboral.  Alienta
 además una apertura comercial total “a la chilena”, “para que nuestras 
empresas puedan ser competitivas y para que los argentinos puedan 
comprar productos a cualquier lugar del mundo sin pedir permiso a un 
burócrata”. Asegura que la eliminación del Central va a terminar “con la
 inflación para siempre” y los argentinos “podrán comercializar en la 
moneda que prefieran”.
En lo referido a “niñez y familia”, enumeró 
medidas que incluyen: planes de nutrición, educación para padres sobre 
estimulación cognitiva temprana, medidas para promover el acceso al 
crédito privado (por ejemplo, para terminar los estudios). Propone que 
el Estado “deje de brindar asistencia directa” y "eliminar los 
intermediarios de programas sociales", algo que haría a través de “un 
sistema tipo SUBE”. Según Milei “el modelo de subsidio a la oferta (la 
llamada educación gratuita) no ha funcionado” y la mayoría de los 
argentinos quiere huir del sistema público”, cuando todos los 
indicadores dicen exactamente lo contrario. Prometió mayores grados de 
“libertad en la elección de contenidos, métodos y educadores”. A este 
modelo se lo conoce como sistema de vóuchers. Fue durante el apartado 
sobre seguridad y justicia cuando su tono adquirió volumen. Enfatizó en 
que "la seguridad en Argentina ha caído en un deterioro desde hace 
décadas, por dos razones: la cultura abolicionista que considera que los
 delincuentes son víctimas; y el "zaffaronismo". Este (y no la historia 
reciente de esa institución), al parecer sería el motivo de desprestigio
 de las fuerzas, por el cual “perdieron su función esencial: reprimir el
 delito, para proteger la libertad, vida y propiedad de los individuos”.
La
 nueva doctrina de seguridad en un gobierno encabezado por el libertario
 se basaría en la premisa, más bíblica que jurídica, de que “el que las 
hace, las paga”. Después de sortear los problemas técnicos que fueron 
constantes durante los minutos que duró la lectura, Milei pidió a sus 
seguidores que asistan a las urnas para volver a un modelo político y 
económico de 1800: las ideas de Alberdi “de defensa de la vida, la 
libertad y la propiedad”. No hubo más. Sin siquiera su característico 
“Viva la libertad, carajo”, ni ningún rugido que aporte mística y tras 
unos segundos de silencio (porque quienes lo acompañaban tardaron en 
entender que la lectura había terminado), la transmisión llegó a su 
fin.  El león guardó sus apuntes y agarró su celular. Eso era todo: el 
plan de gobierno ultraliberal de La Libertad Avanza tuvo quien lo 
recite, pero esta vez con una performance de melena caída.








