Hogares más pobres y recortes al consumo interno
Encuesta pyme sobre cambios en la situación socioeconómica por la inflación. El 44% de los hogares tuvo que achicar el consumo de alimentos para llegar a fin de mes. El 17% ni así llega. Resultados de una encuesta de CEEN hecha en diciembre, antes del último shock inflacionario. Por Raúl Dellatorre. Un informe sobre la coyuntura socioeconómica de la población, encargada por empresarios pymes para tener una perspectiva del consumo interno en los próximos meses, arrojó resultados alarmantes. Sobre todo, teniendo en cuenta que las consultas se hicieron a mediados de diciembre (del día 13 al 26). Ya por entonces, se percibía que un 60 por ciento de los hogares había tenido que recortar gastos de consumo para llegar a fin de mes o, directamente, no llegaba, y que casi la mitad de los hogares habían tenido que endeudarse en ese mes. Entre los encuestados, el 55 por ciento reconocía que había tenido que reducir el consumo o "bajar la calidad" en el rubro carnes y un 46 por ciento en lácteos.
El 53 por ciento, en tanto, reconocía privaciones en los gastos 
destinados a vestimenta o calzado. A su vez, más de un 79 por ciento 
reconocía que  las primeras medidas económicas conocidas del nuevo 
gobierno tendrían impacto negativo en su economía familiar. 
El 
estudio fue encargado por la Central de Entidades Empresarias Nacionales
 (CEEN) y realizado en conjunto por las consultoras Proyección y 
Sarandí. Su objetivo: hacer un seguimiento mensual sobre "las prácticas y
 expectativas del consumo" y, por otra parte, un repaso de "las 
variables de la economía que afectan a las industrias, cooperativas y 
economías regionales, y al desarrollo del mercado interno". Por el 
momento en el que se realizó, segunda mitad de diciembre, es un elemento
 valioso para medir el humor social de un sector que recién empezaba a 
ser impactado por el violento ajuste neolibertario. 
La muestra, 
distribuida en diferentes puntos del país, arrojó que el 55 por ciento 
consideraba, en ese momento, que la situación económica de su hogar era 
positiva (1,2% muy buena, 17,8 buena y 36 entre buena y regular), 
mientras que el 44,1 opinaba que era "negativa" (7% muy mala, 11,1 mala y
 26 entre mala y regular). 
Pero al interrogar cómo veían la economía
 familiar en los siguientes seis meses, las respuestas negativas fueron 
del 62,2 por ciento (11 % tan mal como ahora, 24 peor y 27,2 mucho 
peor), mientras que las positivas apenas alcanzaban al 17,4% (6,9 tan 
bien como ahora, 8 mejor y 2,5 mucho mejor). No resulta extraño, cuando 
el propio discurso presidencial auguraba meses de "sacrificio". 
A la
 pregunta sobre a quiénes consideraban "responsables de la situación 
económica actual", las respuestas cargan las espaldas de las últimas 
tres presidencias: Alberto Fernández (49%), Cristina Kirchner (48,1) y 
Mauricio Macri (43), muy cerca Sergio Massa (39) y apenas el 20,5% 
responsabilizaba a Milei.
En cambio, al preguntar si el Estado debía 
tener un rol importante en la organización social y económica, el 
resultado dejó de beneficiar al flamante presidente neolibertario: 74,8 
por ciento a favor (35,5 muy de acuerdo, 25,2 de acuerdo, 14 
parcialmente de acuerdo), y 17,1 en contra (6,9 muy en desacuerdo, 4,8 
en desacuerdo y 5,4 parcialmente). 
Salud y educación (más del 70%), 
Seguridad y defensa, Producción y Empleo (más del 60%), Servicios 
públicos, Obras Públicas y Control del comercio y los precios (el 50%) 
son los rubros que encabezan los "temas en los que el Estado debería 
tener presencia".
Volviendo a la situación socioeconómica de los 
hogares, al ser consultados sobre cuál frase representaba mejor su nivel
 de ingresos, sólo 7,2% dijo tener alguna capacidad de ahorro; 30,8% que
 le alcanza para sus necesidades; 44,1% que tuvo que achicar sus gastos y
 17,9% que no llega a fin de mes. 
Ya a esa altura de diciembre, con 
hogares que en más de un 55 por ciento se consideraba en buena situación
 o "más o menos buena", un porcentaje similar de hogares (55 por ciento)
 debía recurrir a "recortes en la cantidad o reducción de la calidad" en
 el consumo de carnes, 53 por ciento en vestimenta y zapatos, 46,5 por 
ciento en lácteos y 43,5 por ciento en productos de limpieza. Segundas 
marcas o poner límites al consumo fueron las dos formas de enfrentar el 
encarecimiento feroz que se dio a partir de mediados de noviembre en 
muchos, o casi todos, estos rubros. 
No fueron los únicos rubros en 
los que el ajuste impactó masivamente ya antes de finalizar diciembre. 
En aceites, higiene personal, agua, bebidas gaseosas, yerba o fideos, la
 encuesta también registra que más del 30 por ciento de los hogares 
practicaron alguna forma de recorte. 
Por detrás, aunque de por sí 
representa un dato altamente sensible, las respuestas reflejan que en el
 10 por ciento de los hogares hubo recortes en los gastos en 
medicamentos. 
En cuanto al modo de afrontar la insuficiencia de 
ingresos, el informe denominado Monitor Productivo refleja que casi la 
mitad de los hogares (46,7 por ciento) "tuvo que endeudarse en el mes". 
El 27,4% recurrió a familiares y amigos, 8,9% sólo pagó el mínimo de la 
tarjeta de crédito, 5,9% se endeudó con bancos y 4,5% con financieras. 
Cualquiera
 de estos indicadores por separado (restricciones al consumo, 
endeudamiento de las familias, expectativas negativas) ya eran señales 
socioeconómicas de hogares en situación límite. Pero el recalentamiento 
posterior del proceso inflacionario anticipa problemas socioeconómicos 
serios para millones de hogares y un mercado fuertemente reducido para 
pymes cuya actividad está orientada al consumo interno. Que son la 
amplia mayoría de un universo que abarca más de 500 mil empresas.








