Horas desesperadas del Mileismo
El Gobierno reconoce que enfrenta una severa crisis política. Las conversaciones para recrear la alianza que los sostuvo el primer año. Por Ignacio Fidanza. El primer dato importante es que en el máximo nivel del Gobierno reconocen que están sufriendo una crisis política grave. Crisis que se monta sobre el destartalado plan económico y le entierra con fuerza la cabeza en la arena. Entonces tenemos dos crisis que venían transitando en carriles separados y ahora entraron en proceso de fusión nuclear. Esto significa que los tiempos se aceleraron, pasamos de meses a semanas y de semanas a días. El Banco Central tuvo que vender casi 400 millones de dólares este jueves para evitar que el dólar le perfore el techo de la banda. No tiene muchos días de 400 millones de dólares.
Con un agravante. Muy nervioso, Toto Caputo dijo que va a vender todos
los dólares que sea necesario para mantener la divisa en el valor
actual. Es decir, abrió una oferta pública para comprar dólares a precio
de regalo, porque todos sabemos sumar y restar y es obvio que mas
temprano que tarde se le van terminar y se viene una devaluación. Ese es
el nervio óptico de la crisis en curso. La gobernabilidad en la
Argentina se mide en reservas del Banco Central. Otro error grave de
Milei y Caputo fue creer que con la flotación y las tasas endógenas se
ahorraban el esfuerzo de sumar reservas. Ahora tienen un problema
económico que se convirtió en político. El ancla son las reservas, no el
streaming. Por eso, en los últimos días se intensificaron las gestiones
de Caputo ante el gobierno de Donald Trump para que le liberen un
préstamo directo. Pero el titular del Tesoro, Scott Bessent, no está muy
convencido y para sorpresa de la Casa Rosada, el secretario de Estado,
el halcón Marco Rubio, que consideraban del "mismo palo", resultó el más
férreo opositor al salvataje económico al gobierno libertario.
El
posible descalabro económico del experimento libertario es un tema que
la administración republicana venía siguiendo con preocupación y por eso
Bessent le recomendó a Trump empezar a tomar cierta distancia sanitaria
de su fan sudamericano, como reveló LPO. Este miércoles, la titular del
FMI, Kristalina Georgieva, tuvo que atender de urgencia al número dos
del Tesoro, Dan Katz, para hablar sobre "el caso argentino". Katz es el
hombre que Trump propone para que sea su voz en el organismo. Es decir,
será clave para la Argentina en lo que suceda de ahora en adelante.
Un
error grave de Milei y Caputo fue creer que con la flotación y las
tasas endógenas se ahorraban el esfuerzo de sumar reservas. Ahora tienen
un problema económico que se convirtió en político. El ancla son las
reservas, no el streaming. Pero los problemas nunca vienen solos. La
gobernabilidad afectada por la corrida sobre el dólar, puede
fragilizarse aún más si Milei pierde las elecciones de octubre. Por eso,
importantes funcionarios iniciaron una serie de contactos exploratorios
para ver cómo podría estabilizarse el Gobierno luego de una elección
poco favorable. La idea central es recrear la alianza informal que le
dio sustento el primer año, que básicamente es Macri más los
gobernadores aliados.
Por eso, una idea en curso es elegir un nuevo
presidente de la Cámara de Diputados en lugar de Martín Menem, que
podría ser Cristian Ritondo, un guiño a Macri. Guillermo Francos y
Patricia Bullrich son los que más insisten internamente en la necesidad
de tener "un poco más cerquita" al ex presidente.
El segundo eje es
volver a los gobernadores aliados, hoy fragmentados en dos grupos: los
tres oficialistas que compiten con los colores de la Libertad Avanza
(Rogelio Frigerio, Leandro Zdero y Alfredo Cornejo) y los seis
opositores de Provincias Unidas (Nacho Torres, Martín Llaryora, Carlos
Sadir, Maxi Pullaro, Gustavo Valdes y Claudio Vidal). Se discute darles
la presidencia provisional del Senado que ocupa el libertario Bartolomé
Abdala y algunos ministerios que podrían crearse. Albertismo austríaco.
¿Alcanza
para estabilizar al Gobierno? No lo sabemos, pero no parece fácil que
aquellos que tomaron prudente distancia del experimento Milei se
acerquen a compartir costos después de una caída electoral.
Ahora,
hay que reconocer que la Argentina es un país fantástico. En semanas
pasamos de discutir el riesgo de la deriva autoritaria de un Milei
imperial, a debatir como se hace para estabilizar su gobierno en lo que
resta de mandato. Milei pasó de feroz amenaza electoral a lastre, como
explica el giro del radical De Loredo que peleaba porque lo metan en la
lista libertaria y ahora quiere "dejar pegado" a su rival Luis Juez con
el libertario.
El derrumbe se precipitó cuando la elección bonaerense
corrió el telón de la verdadera potencia electoral de Milei que venía
más inflada que los balances de Enron, por los encuestadores que lo
visitaban en Olivos.
Tenemos entonces un gobierno que hasta ahora
promedia los 30 puntos de intención de voto, con un presidente al que le
cuesta liderar, con una interna desatada entre Karina Milei y Santiago
Caputo que están tratando de encauzar por instinto de supervivencia y un
plan económico con las ruedas en llamas, mientras el Congreso acumula
votaciones -en contra- que superan holgadas los dos tercios. Fatal.
Las
dificultades para enhebrar un tejido de contención derivan hacia la
psicología de los personajes. En la tarde previa a la caída en
Diputados, Menem encabezó un zoom con los gobernadores más cercanos y
los ministros Caputo y Catalán. Uno de los gobernadores presentó una
propuesta para girarle fondos a las universidades y el Garrahan que no
tenía gran impacto fiscal, pero era un gesto a los diputados a los que
necesitan pedirles el voto. Increíblemente, Caputo accedió. Pero nunca
ocurrió. ¿Qué pasó? La respuesta es una síntesis de todo lo que está mal
en el Gobierno: "No se animaron a llevarle la propuesta a Milei".
El
tortuoso retroceso de los Menem que se cristalizó en el remplazo de
Lule Menem por la karinista Pilar Ramírez como jefa de campaña nacional
es otro ejemplo. Una vez tomada la decisión y filtrada a la prensa,
Karina se molestó por lo que consideró era un destrato público del
riojano y mandó al siempre dispuesto Manuel Adorni a desmentirlo en off
con los periodistas amigos. Excepto, que es verdad. ¿Conclusión?: la
confusión avanza.